¿Por qué el arte nos produce placer?

“La cultura nos brinda un espacio de reflexión personal, placer de estar en este lugar. También se le asocia a mayor bienestar, calidad de vida, cohesión social, valor identitario y patrimonial, e incluso a efectos positivos en la salud”, explica Angélica Gellona, directora de Fundación Actual.

En nuestros hogares podemos disponer diversos objetos artísticos que nos calman y nos generan alegría. Los arquitectos pueden ayudar, y lo que es más importante, si además de las necesidades prácticas de las familias que viven en el espacio, también se ocupan de sus necesidades psicológicas y espirituales. Por ejemplo, colocar fuentes, esculturas, pinturas y grandes jardines armoniosamente diseñados en espacios públicos puede ayudar a mejorar el bienestar de las personas.
 
El poeta inglés John Keats decía que “una obra de arte es un gozo eterno”. Pablo Picasso, en tanto, aseguraba que “el objeto del arte es quitar el polvo de la vida diaria de nuestras almas”. Y tenían razón. En el último tiempo han proliferado las investigaciones acerca de cómo ser felices (incluso existe en Dinamarca un Institutos para la Búsqueda de la Felicidad) y todas coinciden en el poder que tiene el arte al respecto. 
 
Agregó que la neuroestética -el estudio de las corrientes eléctricas que se activan en el cerebro al consumir cultura- ha demostrado que las personas que van a museos o caminan por espacios públicos donde hay expresión artística son más felices que quienes no lo hacen. Al mismo tiempo, es una actividad relajante y placentera ya que estimula áreas del cerebro que activan la dopamina, la sustancia que nos hace sentir bien.

Aristóteles, el arte y la felicidad

 

Para Aristóteles, el arte es una actividad humana que se diferencia de la naturaleza y existe en el proceso de producción, no en las cosas producidas: los productos del arte pueden existir o no, las cosas naturales han surgido por necesidad.
 
Todo arte es trabajo, pero no todo trabajo es arte: sólo las obras conscientes basadas en el conocimiento son arte.
Lo que surge del instinto, la experiencia o la práctica no es arte; Según esta definición, el arte para Aristóteles no eran sólo las bellas artes tal como las conocemos hoy, sino también la artesanía, la zapatería o la construcción naval, y los conocimientos que hacían esto posible eran la base de la producción.
 

Sobre la obra de la portada

Es de la artista Doralisa Ines de la Sota, excelente obra de arte equino.
Se encuentra a la venta, si es de su interes puede contactarse al +54 11 6855-0910
 

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